9 dic 2012

Dolorosa catarsis

Mientras escribo lo siguiente puedo ver los puntos ensangrentados en mi puño —no se preocupen, se lee mucho más dramático de lo que realmente es— y noto que parte de mis características anormales es encontrar medio de catarsis que no son precisamente inofensivos (para mi persona), hablando francamente: el golpearme el pecho al ritmo de la música que escucho y, de forma más radical, golpear la pared como una forma de liberar mis frustraciones.

Los que me conocen saben que la última forma en la que podrían describirme es como alguien violento, y sin embargo estas dos formas de liberar "vapor" no son precisamente actitudes de una persona que se describe como lo anterior.

Ahora que lo analicé (gracias a la pregunta de una amiga) es que, si tiene alguna respuesta lógica todo esto, es que ese dolor —acaso temporal— es un sustituto efímero de cualquier sentimiento que desee liberar por medio de estas acciones.

¿Me enorgullezco de esto? No precisamente, pero tampoco puedo negar que es una de mis formas muy particulares de comportarme, algo de lo que soy y siempre he sido; todo parece indicar que, aunque puedo reducirlo de forma considerable, no creo que alguna vez deje de hacerlo del todo.

Si me preguntan la inspiración detrás de esta entrada, solo digamos que hoy reinicié el contador de "días que llevo sin liberar mi frustración con un golpe a la pared".
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