En mis días el baile se ha visto redefinido a través de los ojos de muchos de igual número de maneras: algunos hace un trabajo de ello, otros tantos lo hacemos un hobby y otros mas viven y respiran música.
Los últimos toman esta pasión y la hacen suya -en niveles distintos de compromiso y apego-, una innegable e inherente parte de su ser.
El sábado 27/XII fui testigo de un despliegue de ritmos, de tonos, de pasos y cadencias pero mas qué eso fue un despliegue de pasión, sentimiento y vida. Un grupo de jóvenes y señoritas de distintas fondos y con caminos distintos se fundieron al son de Guatemala y al ritmo y palpitar de sus corazones.
Un saludo para ustedes, mi mas sincera felicitación y mi mas profundo agradecimiento por darme una perspectiva nueva de lo qué puede significar la danza cuando el ritmo qué la guía son los latidos del corazón.