12 ago 2012

Yo y yo; lo diferente y lo que sigue igual, y como el mundo reacciona ante esto.



De hace un par de días atrás tengo ciertas ideas y pensamiento en mi cabeza, no por alguna persona en particular, sino tan solo como un tópico generalizado, acerca de cómo mi cambio físico afecto como soy percibido por otros.

El cambio de percepción existe, de ello no hay duda: yo mismo soy participe de ese cambio de percepción pues ahora tiendo a verme diferente y actuar un tanto diferente derivado de la “confianza” imbuida por mi nuevo yo.  Por otro lado, yo estoy muy consciente que el cambio es puramente físico pues, en el fondo, sigo siendo el mismo tipo excéntrico, nerdo, introvertido y poco presto para ciertas actividades de la vida humana.

Mi tren de pensamiento, entonces, no se deriva en mi visión del yo por mi, sino en el cómo me ven por mi cambio en el exterior y como, derivado de este cambio, cambia también el trato de otros hacia mi. 

Hago la aclaración de que no escribo esto con alguien en mente, pues es tan solo una idea y no algo que, al menos de forma consciente y notoria, yo haya visto que me suceda con las personas que me conocen de años atrás.

Obviamente la visión del sexo opuesto varió, de eso estoy claramente consciente, pero no es la nueva ola de personas a mí alrededor que me tienen pensando, sino las personas de mi pasado y como el nuevo yo modifica su comportamiento; sin dar más largas, mi idea gira en torno a como tomaría yo el que alguien que, en el pasado, no tenia consideración alguna por mi persona ahora, debido al cambio, lo tuviera.

Si, lo se, un planteamiento harto egocéntrico pero que imagino podría suceder —pero como lo he dicho, no ha pasado— es que una mujer que previamente no tenia interés en mi, conociéndome en mi estado físico más “débil” y siendo como siempre he sido ahora cambia su mentalidad con mi nuevo y “mejorado” yo —mientras, por dentro, sigo siendo el mismo que antes.

¿Acaso apreciaría este cambio de actitud?  En papel diría yo que no, pues eso significaría que en mi punto más bajo fui hecho a un lado y, ahora, mejor, se me considera otra vez; eso significaría que el interés no es por quien soy —pues eso no ha cambiado— sino por como me veo; algo que debido a mi condición pasada es algo que yo nunca considere —pues como yo podía juzgar solo por el físico cuando nunca quise que se me juzgara así a mi.

Debo aclarar que eso es solo en papel, probablemente en la realidad afectarían otros tantos factores poco lógicos —sentimientos de antaño, deseos reprimidos, amores platónicos, sueños pasados— que seguramente me harían pensar dos veces en cuanto a negar la posibilidad de alguien que me busca solamente basado en el cambio físico que sufrí.

Pero al final, esto es tan solo una idea y suposición, pues creo decir que nadie a mí alrededor caería en tal situación pues muy bien saben que yo soy quien soy, gordo o delgado.

Categories: , ,

7 comentarios:

  1. Ese monte como q hay algún por allí jajajajaja la verdad gordo o delgado seguís siendo el mismo amigo q conocí hace muchos años, seguís siendo una gran persona, cuidarte :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias viejo (asumo, pues si me decís monte es porque del colegio me conoces), sigo siendo el mismo, pero la gente puede que te vea diferente; de eso se trata todo lo que escribí.

      Eliminar
    2. Por cierto, fantástico enterarme que el anónimo sos vos, Alex. Cuidate un montón bro, abrazo a la distancia.

      Eliminar
  2. Siempre el pasado sera punto de comparación para nosotros mismos, ese es el que nos muestra cuanto hemos cambiado, para bien o para mal, y las personas que nos rodeen en esos momentos son quienes nos marcan de una u otra manera, cuando yo estaba en el liceo era una chica bastante tímida y ni me notaba, ahora mucha gente se sorprende al verme, he cambiado mucho en realidad, y sabes? me río de sus expresiones de asombro, quienes una vez nos ignoraron y ahora nos ven en una versión mejorada, por así decirlo, se retraen o intentan acercarse, yo estudio muy bien a cada persona que me rodea, y si alguna vez se equivoco conmigo difícilmente recibirá algo mas que un hola y chao, puedo sonar algo creída y dura, pero bueno, me alejo de las personas negativas, hipócritas o interesadas, por eso tengo pocos amigos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues en mi caso no me ha tocado alejarme de nadie que haya cambiado su actitud frente a mi por ni nueva imagen física (de hecho, creo que no he encontrado a alguien que haya tenido ese cambio, menos mal); probablemente no me alejaría, aunque como lo indico en mi entrada vería extraño un cambio de interés desde el punto de vista físico/sentimental repentino asociado a como me veo ahora.

      De hecho esas expresiones de asombro o sorpresa me alimentan el ego que, aunque algo vanidoso, es tan solo necesario en ocasiones.

      Eliminar
  3. Mano tengo dos cosas que decirte:

    1: Me alegra tu cambio. No por apariencias, sino por salúd. Te tomo como ejemplo aunque no he sido tan consistente en mi trabajo hasta ahora.

    2: No sé qué tan válido sea, pero he escuchado una frase que dice mas o menos: "Todo entra por los ojos para luego conocer el interior". Este cambio en tu vida dá ciertas luces para identificar qué es lo que la gente que te rodea valora de vos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y precisamente eso es lo que me preocupa: yo me he esforzado porque me valoren por lo que llevo dentro —buen corazón, caballero, inteligente, sabio (esas dos, a mi criterio muy personal) y pintándomelas de maduro.

      Ahora imaginá que alguien que no me consideró durante la etapa en lo que eso era mi mejor carta de presentación, cambia su forma de verme, ¿cómo reaccionaria yo ante eso? Precisamente ese cuestionamiento es el que traté (o aún trato) de responder con este escrito.

      Eliminar