17 de mayo de 2005
Sin saberlo yo en ese instante,
ese día marco uno de los hitos que mayor cimiento le han dado a mi sentir de
que, en este mundo, el semblante de justicia idealizada que yo tenía cuando
joven no existe ni en su más ínfima expresión: ese día fue asesinada alguien
que bajo ningún contexto merecía ver su existencia segada de forma tan
repentina e injusta.
Y aunque seguro estoy que ella no
ha sido la primera ni será la única en este mundo que muere de manera injusta,
ella es la primera persona que pierdo y pertenece a mi esfera
sentimental/emocional personal; otras muertes las he vivido a través de lazos
de sangre, con ella fue distinto pues solo nos unía un vinculo de amistad, pues
a pesar de que nuestras familias se conocen, ambos desarrollamos una
amistad de forma independiente a ello.
Hoy fui a visitarla nuevamente, pues
su cumpleaños está cerca, y caigo en cuenta que prefiero no creer en la idea
que las cosas pasan por una razón o, peor aún, porque Dios quiere que así
sucedan: pues en mi estado humano me es simplemente imposible considerar viable
el entender las maquinaciones y designios de Alguien omnipotente, omnipresente
y omnisapiente. Mi problema radica en
que, de creer en ese Plan Maestro, me rehusaría a siquiera considerar como
justo el hecho de que en ese designio la muerte de ella tuviera una razón de
ser, que fuera justo y necesario su sacrificio para el correcto caminar de este
plan.
Ese funesto día, sin saberlo en
el instante en el que sucedió, deje definitivamente de creer en un Plan
Maestro, en una justicia idealizada, en un destino predeterminado y me adherí a
la idea de que el libre albedrio es el que rige nuestra existencia y la de
aquellos que nos rodean. Pues solo el libre albedrío de alguien imperfecto, de alguien humano, puede justificar su ausencia hoy.
Comparto tu criterio en cuanto a que nuestras vidas no son manejadas por alguien o algo como si fuésemos títeres, para mi la suerte no existe, solo las probabilidades de que algo ocurra, no he logrado clasificar mis creencias dentro de las ya existentes y bien conocidas, pero si de algo estoy segura es que no tenemos un destino definido, cada uno de nosotros puede hacer que algo ocurra o evitarlo dentro de los factores que pueda manejar, somos seres indefensos o propensos a situaciones que están fuera de control, nuestra evolución no va a la par con el avance del mundo y la actualidad nos atropella con las consecuencias del "desarrollo". Pienso que debemos enriquecer nuestro pensamiento, tomar energías o fuerzas para seguir adelante (para eso se necesita la fé en cualquiera de sus formas) y ahora mas que nunca cuidar de nosotros y de los nuestros. En cuanto a la justicia, que te puedo decir, cuantas veces no me ha provocado tomarla con mis propias manos...
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en cuanto a que somos seres atados a situaciones fuera de nuestro control y que tan solo a traves de nuestras habilidades podemos sobrevivir. Por sobrevivir, claro, no me refiero solo a lo físico, sino también a lo moral y ético, a lo intelectual por igual.
EliminarTomar justicia en mis propias manos jamas me ha cruzado por la cabeza, solo se que cualquier idealismo de justicia que alguna vez tuve murió hace bastantes años.