5 nov 2010

Cada vez mas cerca de un nuevo camino. ¿O es el mismo camino de siempre?

Estoy a pasos nada más de completar una meta mas, el día de hoy llegue al último día donde veré a la U como la vi durante estos últimos 5 años.  Años en los que crecí como persona, en los que aprendí tantas miles de cosas y en las que… y en las que, después de todo lo dicho y hecho, al final no cambie en mucho.

Parecerá rara la intención de comenzar una entrada de esta manera, pero no puedo sacudirme de la cabeza esa sensación de que mucho del “movimiento” que creí haber hecho durante estos años no fueron más que cambios de carril, pasos laterales o reajustes, pero que en realidad no se completo gran avance en ciertos aspectos de mi persona.

Si, por supuesto, en el frente académico no puedo negar que avance, que crecí y que aprendí tantas cosas que nunca hubiera supuesto de su existencia, sin embargo siempre he tenido la pre concepción de que soy un teórico a morir, que a pesar de tener cierta “facilidad” para aprender, leer, memorizar y contestar un examen, ciertos aspectos de esas capacidades tienden a no transferirse de forma tan fluido al mundo practico.   Es que, ¿Cómo explicar que después de 5 años sigo sin sentirme listo para salir al mundo real?   A pesar de todo, considerando todo lo que pude aprender, siento que no estoy preparado EN LO ABSOLUTO para enfrentarme a ese ambiente hostil que es la vida real, el salir de esa burbuja de amigos, conocidos, hojas y apuntes que me ha protegido desde hace demasiados años ya.  ¿Cómo superar ese miedo al fracaso?

Considerando que mi vida en el aspecto académico está llena de dudas y tomando en cuenta que es aquel aspecto de mi que considero más avanzado, el más fuerte y robusto… Dios, ¿Cómo encarar todo aquello en mi que considero, a titulo muy personal, como mi punto débil?  Es precisamente con esto en la cabeza que puedo asegurar que en realidad no avance mayor cosa, que cualquier “crecimiento” que creí haber logrado no era más que una ilusión lateral, y que después de todo sigo siendo el mismo niño inseguro, sin confianza de sí, con demasiadas dudas en la cabeza y sin un rumbo fijo claro, sin saber el porqué de su existencia en este lugar.  Ese yo que no me ha dejado ser durante tantos años, ese yo que ha sido mi más arduo juez.  Ese yo invariable, estático, temeroso y falto de amor propio; dudando siempre de sí mismo, de su capacidad y de aquellas cualidades con las cuales me presento al mundo, por las cuales la gente, a pesar de ser quien soy, de ser como soy, sigue de alguna manera -un tanto inexplicable en mis propios términos- gravitando alrededor de mi.

¿Qué me depara este nuevo camino?  No lo sé; nunca fui bueno para ver a largo plazo, de allí porque pienso que, después de 23 años y un titulo a pocos pasos de distancia, sigo sin saber qué hacer con mi vida.
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