4 nov 2013

Juglares modernos

Si transitás por Guatemala —carro, bus o a pie— seguro has visto ese sinfín de personalidades que habitan nuestras calles, nuestras esquinas, nuestra vida cotidiana: los juglares modernos.

Así que si, podemos asumir que esta alternativa a la limosna tiene en si misma un merito que la primera no.  Vamos, no entraré en la mentira de decir que todos son unos malabaristas consumados, caso concreto de algunos que con un par de pelotas y poca coordinación óculo-manual tratan de hacer unos centavos para su alimento, pero en los últimos tiempos no puede evitarse ver muchos muchachos —en edades y condiciones para laborar, debo añadir— que tienen un talento innato para entretener siquiera por unos instantes a aquellos transeúntes que no pueden sino evitar continuar con esa rutina que consume a la persona normal.

Una y otra vez, y una vez más, me he preguntado exactamente de donde salen estos jóvenes que parecieran tener un entrenamiento formal para el malabarismo —o en su defecto, un talento innato para ello— y cómo decidieron que hacer tales actos en las esquinas era una forma de ganar dinero.

Esto último lo insisto en la medida en la que la gran mayoría de ellos parecen tener toda capacidad física y psicológica para desempeñar un trabajo regular.  Y es que tambien puede argüirse que para ellos eso es un trabajo tan normal como otro, solamente que impulsado por una inspiración que otros —como yo— no entendemos.

Más allá del por qué, no puedo sino admirar a tales espíritus libres que utilizan sus habilidades y tiempo para romper ese pululante devenir en el que lo normal es lo habitual y lo extraño es extrañado.

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