18 nov 2011

Comentario (RE): Las máscaras del ser.


En Twitter, un amigo mío (@JDanielitoR) pregunto que si aquellos que tenían una imagen determinada en las redes sociales podían compararla, de manera alguna, al yo en su realidad; ¿acaso son la misma persona?

En relación a lo que escribiste: la situación radica en la libertad que provee el 'anonimato', esa mascara que te permite pintar ilusiones y deseos.

Y no solo se ve en la red, en la vida real algunos de nosotros le enseñamos al mundo solo lo que necesitan saber, el resto se guarda; no se hace con el afán de crear alguien que no somos (por fama, imagen, etc.), sino de resguardar el verdadero yo.

Es más fácil asumir que los comportamientos del hombre son por vanidad, poder o algún fin nefasto —toda vez no sean los míos propios; psicológicamente tendemos a pensar que nuestras motivaciones están influenciadas, sea éxito o fracaso, por el ambiente externo, no por nuestra culpa o falta—, la realidad es muchas veces otro; nuestras actitudes terminan siendo una forma de ocultar y enmascarar nuestra debilidad; el objetivo es protegernos.

El humano es débil, pero aceptarlo es una invitación al que nos rodea (natural y humano) a explotarlo, a dañarlo, a destruirnos.

¿Es este el caso general? No, no me puedo dar el lujo de contestar eso, acaso porque soy parte de la misma situación  acaso porque no tengo omnisciencia; es tan solo para darte la idea de que hay una explicación alternativa, de que todo puede tener —aun si es errada— una explicación alternativa.
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