21 nov 2011
Publicado por CristianJaviM el lunes, noviembre 21, 2011 --- Sin comentarios
En el camino me tope a un conductor en extremo precavido —demasiado pensé— al cual por fin pude rebasar en una fijación de velocidad que tan solo puede compararse a dosis de adrenalina cual droga.
En el camino deje de verlo por el retrovisor; más adelante me topé con una cola, deteniéndome, y ¿que veo por mis espejos? El mismo carro que deje atrás, adelantándose, quedando más allá de mí en un carril adyacente; ¿que pensé? "maldito caracol con suerte".
Pero no fue ese mi pecado, vano e iluso seria pensar en que un insulto tan debil podria serlo: al avanzar la fila de carros lo fui dejando atrás, esbozando una sonrisa que no puede calificarse de otra cosa que sadistica, perversa y satisfactoria. Como os aborrezco, ¡oh satisfacciones viscerales!
=P
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