8 ene 2012

El Sueño [The Work which Transforms God]


Esta vez les presento algo distinto: no sera mi opinión, ni un pensamiento, ni una idea; no sera nada académico o político; ni siquiera es algo relacionado directamente a mi.  Esta vez les presento mi primera historia corta.

Esta historia la escribí en cuestión de dos horas, aproximadamente, y esta altamente inspirada en uno de mis discos favoritos "The Work which Transforms God" de Blus aus Nord.  Mientras lo escuchaba hoy, ideas fueron viniendo a mi cabeza de como podía yo darle un sentido y una historia a los sonidos y es por eso que nace este pequeño escrito.

Les recomendaría encarecidamente que, si desean entender de forma completa la historia (tal y como yo la escribí), la lean mientras escuchan al mismo tiempo el disco que les mencione allá arriba, para los interesados pueden escucharlo por aquí; los títulos de las canciones coinciden con los títulos de las secciones de la historia.

Espero que los que lo lean, tanto con el fondo musical o sin el, me den una critica de la historia; cuéntenme, en los comentarios o por las redes sociales, ¿qué les pareció?



EL SUEÑO

End

Es una de esas noches pesadas, solitarias, extrañamente frías y oscuras, después de una larga jornada sucumbo a mi cansancio y, rendido, me dejo caer en los brazos de Morfeo, como anhelando que este largo día por fin acabe.

Durante mi descanso imágenes se empiezan a formar dentro de mi cabeza; me encuentro frente a una puerta —tal vez llamarle portón seria mucho mas preciso, acaso sus dimensiones delatan tal idea—, un madero rustico con una aldaba roída por el tiempo y que tiene como único distintivo un pequeño letrero que reza “Fin”. 

No habiendo nada mas alrededor, decido empujar y observar aquello que se encuentra mas allá de estas viejas tablas, averiguar que exactamente se separa y divide por este singular arco.  


The Choir of the Dead

Al parecer me encuentro en un corredor diminuto, demasiado pequeño como para sentirme cómodo.  El olor a tierra húmeda, a pestilencia, a vejez y antigüedad empieza a llenar mis pulmones; trato de observar las paredes con mucho esfuerzo —apenas puedo ver mas allá de lo que mis narices me limitan— pero aun así puedo distinguir ciertos rasgos extraños, protuberancias que parecen salir de todo mi alrededor.

A lo lejos —pero muy cerca— escucho sonidos extraños; parecieran gritos de angustia, un grito que nunca termino de salir pues el dolor y castigo infligido lo calló para la eternidad.  Empiezo a sentir mucho frio y hace demasiado deje de observar la poca luz que de aquel viejo arco emanaba a mi espalda; y sin embargo algo me impulsaba a seguir adelante, quizá a riesgo de acércame y encontrar el origen de ese extraño coro de los muertos.


Axis

De repente veo sombras y luz, veo figuras que se mueven, veo tierra que se levanta y siento como todo mi ser se estremece antes las extrañas vibraciones que logro sentir a mí alrededor.  Escucho pasos, excesivos como para ser un simple eco de los míos.  ¡Quien anda allí! —Grite con una voz trémula— muéstrate de una vez por todas

Y, de forma inconsciente, dije todo esto mientras huía de estos pasos, mientras las paredes parecían formar brazos que trataban de aprisionarme, de retenerme sin razón alguna.  Agitado sigo corriendo y noto como ese pequeño pasillo que deje atrás no era más que una antesala para una especie de cueva.  A pesar de no tener fuente de luz alguna a mí alrededor —cosa que tardo bastante en notar— durante todo el trayecto no tropecé con nada y logre encontrar mi camino sin trastabillar.  Me niego a voltear mi cabeza hacia el pasillo, pero no de forma consciente: el eje de mi cuello se rehúsa a obedecer, como si supiera que realmente es lo mejor para mi sanidad mental.


The Fall

¡Logre escapar! —Grite para mi, en esta enorme cueva que se muestra frente a mis ojos— ¿Pero escapar de que?  No, eso no importa ahora: no puedo regresar, debo encontrar otra salida…

El silencio es ensordecedor —es frio, casi inhumano— y logro tan solo ver rocas y mas rocas a mi alrededor; un así, bajo mis pies, logro discernir un pequeño sendero, como si este trayecto ya fuera recorrido por muchas antes que yo.  Sigo caminando y noto que una vez mas las paredes se van cerrando a mi alrededor, esta vez de forma inclinada, como llevándome aun mas dentro de este tenebroso lugar, como una caída estrepitosa hacia la oscuridad.


Metamorphosis

El camino me llevo a otro cuarto, este mucho mas pequeño que el anterior. A diferencia de mi recorrido hasta ahora, esta habitación parece tener mas forma: un recinto circular se postra ante mi, sin aparente salida alguna mas que el lugar donde entre.  

En el centro, se encuentra lo que presumo es una especie de altar: con una figura que me recuerda a una dona, en el centro no se puede ver mas que humo, humo que distorsiona los matices purpúreos provenientes de las paredes; logro también observar a mi alrededor extrañas figuras formadas por el musgo que rodea la estancia.

Sin aviso alguno, y proveniente del humo, escucho una voz extraña, una voz que retumba todo el recinto y que hace danzar esa luz violeta que inunda todo el volumen.  Trato de discernir su significado, mas es un fuerzo en vano, pues pareciera no tener un sentido; las voz que escucho no es humana, el lenguaje que percibo no es del hombre y sin embargo se me antoja tan familiar.  La luz purpura se transforma a tonos verdes y el musgo que antes me rodeaba se tiñe de violeta, como si la presencia de esta voz ordenara una metamorfosis.


The Supreme Abstract

El cuarto comienza a temblar y de las paredes vuelven a formarse esos brazos que una vez me persiguieron; las cosas empeoran rápidamente —pienso para mi— ¡ahora no son solamente brazos! Cuerpos enteros empiezan a salir de la tierra y pared.   

Seres extraños, curvados, como si fueran formados de la misma tierra de la que salen pero con una vitalidad demasiado particular para ser constructos de arcilla. Ahora logro notar que un poco abajo del hombro, sobre la espalda, se forma una marca: un símbolo crudo, apenas distinguida del resto del cuerpo, acaso una marca de la alianza que estos estos seres poseen.

Antes de que puedan materializarse completamente, corro con todas mis fuerzas hacia la única salida visible, el mismo lugar por donde entre.  Ahora parece mucho más empinada la ruta, siento mis pies mucho mas pesados, como si no solo a mi persona tuviera que subir por el camino, como si el miedo fuero en peso mas; pero logro mantener mi distancia; debo mantener mi distancia —es lo único pensamiento lógico que mi mente puede formar en esta instancia. 

Volteo y observo que los seres empiezan a perseguirme, comenzando de forma torpe, pero con mayor celeridad conforme salen de ese extraño recinto, cual supremo abstracto que no se apresura a materializarse; como si lo necesitara… ¡Debo correr!


Our Blessed Frozen Cells

El camino ahora es más largo, mucho mas largo: ¡Maldición! Ya debí haber alcanzado la gran cueva —grito a la nada— ¡que demonios sucede aquí!.  Sigo avanzando y avanzando y cada paso que doy me aleja mas de esos extraños monstruos que me persiguen; deje de oír sus pasos sin siquiera notarlo pero me niego a detenerme.

Veo una especie de luz al final de este pasillo: ¡ESA debe ser la salida! —balbuceo, sin realmente creerlo pues la gran cueva no parecía tener otro camino que el que tome inicialmente.  Me acerco cada vez más hacia la luminaria, y entre mas acorto la distancia mucho mas fuerte es su fulgor… 

Atravieso el umbral y me encuentro en otro recinto, este un tanto mas grande que el nicho del que hui, rodeado de una luz blanca brillante.  Las paredes se encuentran tatuadas con símbolos extraños, inteligibles, sin embargo empiezan a transformase frente a mis ojos.  Los símbolos saltan caprichosamente unos sobre otros, un tercero se destruye y reconstruye en algo diferente, mientras que el otro más solemne se abstiene a este despliegue de vida y se mantiene estoico frente a la situación.

Mis ojos se enfocan sobre este movimiento y empiezan a discernir patrones, mientras el fulgor de la luz me ayuda a identificar el mensaje: en mi cabeza se forman imágenes e ideas de tiempos extraños, lugares fuera del tiempo.  

Veo luz, escucho cantos, se siente alegría y tranquilidad a mi alrededor; dejo que mis sentidos se deleiten de este con esta cadencia tan particular que se presenta ante mi.  El recinto se amplia y se vuelve infinito y poblado por estas imágenes que los símbolos me comparten.  Observo como el tiempo corre, acelera sin perdonar y se detiene de repente, se detiene como si se congelara una célula bendita, célula que muestra pasajes de personajes foráneos, personajes que yo se no son humanos pero que no transmiten terror —a diferencia de los constructos que deje atrás—, sino que transmiten paz y tranquilidad; mi cuerpo se ve absorbido por este nuevo mundo.


Devilish Essence

Poco a poco se va perdiendo la lumincencia, se va perdiendo el resplandor y, conforme corren los eones en las imágenes, todo se torna a tintes terrenales, verdosos y purpúreos: antes mis ojos veo como estos magníficos entes se van transformando, como la paz y tranquilidad que antes dominada su mundo va desapareciendo.  Hay conflictos, hay envidia, hay guerra; hay muerte y destrucción, como si una esencia diabólica apareciera en su mundo y dejara una marca sobre su misma existencia…


The Howling of God

Una vez más empieza a temblar la habitación, las paredes intentan resistir al asedio al que son puestas a prueba y yo, cuestionando aun el porqué de las imágenes, me despierto antes los alaridos de dios; aquella misma voz que se me presento en el recinto purpureo grita y retruena sobre todo lo que me rodea, mientras que los constructos atraviesan las paredes y, por primera vez, a través de los mismos boquetes que ellos abren, logro verlos de forma clara: con figuras humanizadas, pero hechos de piedra, poseen unos ojos rojos que fulguran odio y destrucción.  

Gritan y prorrumpen en un festival de fiereza y conflicto, pareciera que es un sin fin de estridencia la que me rodea, y no parece haber salida de esta situación; esa voz sigue gritando ordenes, los impulsa a no rendirse y evitar mi escapatoria esta vez; me veo rodeado, la salida es bloqueada por lo que parece una interminable columna de constructos y otros tantos logran entrar al recinto finalmente.


Inner Metal Cage

Me paralizo, mis sentidos se bloquean, mi cabeza no me da una razón; ¿es acaso este el fin? Eso parece —me contesto casi de forma instantánea—, ¡no tenés salida!   

Trato de mover mis músculos y nada responde, trato de gritar y el aire se niega a salir de mi boca,  trato de pensar y mis ideas se internan dentro una cárcel mental.  Solo logro observar como esta horda bestial me rodea, como sus números sofocan la luz que alguna vez me deleito con su brillo.  Siento frio, siento miedo… no, siento terror; y los constructos por fin logran cerrar el cerco a mí alrededor.  Escucho una ultima orden de esa voz en lo profundo y completa oscuridad, ya no hay nada mas que hacer.


Density

…el silencio una vez más me rodea…


Procession of the Dead Clowns

Al fin logro abrir los ojos y veo luz en la oscuridad; no es como aquella luz que observe en mi ultimo recinto, es acaso una luz rojiza que penetra las sombras que me rodean.

Me hallo en un lugar extraño, por alguna razón sé que no estoy donde vi por ultima vez el fulgor de la vida; observo a mi alrededor y miro a los constructos vagando sin rumbo y sin sentido, ¿acaso no notan que estoy aquí?  Intento moverme de forma sigilosa, pero mi cuerpo responde de forma un tanto torpe, poco a poco se libera y empiezo a moverme; siento la mirada de los constructos a mí alrededor pero ninguno de ellos hace nada para detenerme.  

Intento buscar una salida pero parece que me encuentro encerrado; frustrado y decidido a que no tengo nada mas que perder golpeo la pared, mis ojos no dan cabida a lo que veo: mis puño ya no es mas de carne y hueso; mi puño, mi brazo, mi cuerpo entero son ahora de un extraño material terroso, indescriptible en frases humanos, pero sensible a todo aquello que alguna vez conocí.  Volteo hacia los constructos y, a lo lejos, sin querer realmente aceptarlo, logro distinguir en uno de ellos una sonrisa malévola, efímera, que desaparece en el momento que deciden deambular a través de una pared, al igual que todos los demás que me rodean: sin sentido, sin ruta y sin lógica; como si todo esto fuera una procesión de payasos muertos de la que me he vuelto parte.

Despierto entonces sudando en mi cama, pensando que este ha sido el sueño mas extraño que haya vivido alguna vez.  La luz del sol se cuela a través de mis cortinas e ilumina mi faz; debo de dejar de comer comida tan condimentada por las noches —expreso como frenando una carcajada que enmascara un alivio—, otro sueño así no soportaría nunca mas.  

Me siento cansado, agotado, como si el bizarro sueño hubiera drenado cualquier energía en mí; suspiro y por fin logro encontrar las fuerzas para despegarme de las sabanas, abro mis cortinas y dejo que la luz inunde mi morada; al fondo, en el espejo que queda a mis espaldas, horrorizado, vislumbro algo: sobre mi hombro observo un símbolo crudo, apenas distinguible del resto del cuerpo…

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