16 jul 2014

El colapso del yo

Harto interesante es descubrir por las malas eso que muchos, que el hombre como tal, ha sabido desde hace tiempo y que, por mi forma de ser, yo he evitado como si fuera la plaga: las emociones negativas repentinas tienen un impacto real físico sobre una persona.

Sin entrar en detalles, porque a estas alturas eso ya es total y completamente innecesario de recordar, he pasado por ciertas etapas personales que me han presentado con escenarios sumamente negativos en los que me termino hundiendo —no de forma voluntaria debo aclarar, aunque no es raro que por temporadas yo me sumerja en esos abismos con tal de controlar mis emociones— y de los cuales me ha costado salir.  Todo llego a su esperado coralario hace poco y el resultado fue poco menos que devastador.

Y es que no quiero caer en el dramatismo, al menos no el innecesario, pero el epitome de todo este asunto, aparte del mal carácter, se transformo en dolor y malestar físico; algo tan real que si no es porque me hallaba en tales circunstancias —y que ahora que me hallo un poco más liberado lo veo más claro— me hubiera dejado perplejo: y es tal el poder de las emociones que pueden influenciar de forma directa en un estado corporal y físico sin aviso o advertencia alguna.

Alguna vez leí eso de que se podía morir por amor, por la falta de alguien o por otras tantas cosas que atañen a las esferas emocionales y no tanto las físicas; siempre lo descarte como simple casualidad. Si con algo tan vano como lo sucedido en mi caso repercutió en una molestia perceptible en lo físico, tan solo puedo imaginar como este correlación se transforma en una relación proporcional entre la magnitud del afecto emocional y la respuesta corporal hacia ello.  Puede que si haya merito, después de todo, en esas historias.

¿Por qué el colapso del yo, entonces?  Porque, como dije anteriormente, sin entrar a detalles que ya se me antojan harto innecesarios, eso fue lo que mi mente y, en cierto grado mucho menos potente, sufrí hoy.



#np At The Gates - [The Red In The Sky Is Ours (1992)]
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