En realidad nunca se deja el vicio atrás del todo...
Y esto qué nuevamente me veo en ese predicamento de dejar de fumar -para los qué no lo so sabían, comencé a fumar nuevamente hace seis meses- en situaciones harto similares a las mostradas en el caso anterior. ¿Qué situaciones? Pues el de tener qué librar la batalla solo y bajo grandes niveles de stress.
La diferencia, en este caso, radica en qué está vez lo hago por una razón mucho más egoísta qué la anterior -léase: por mi- y no por in falso sentido de pertenencia o aceptación.
Al final puede qué los motivos sean otros pero la batalla es cuesta arriba, posible y totalmente alcanzable, pero difícil de igual manera.
Esto puede qué no sea una novela de ficción o cuento de hadas, pero si el hombre común ha estado cerca alguna vez de pelear con demonios -acaso propios, acaso internos- debe ser como esto y nada más.
0 comentarios:
Publicar un comentario