21 jun 2015

Letras muertas o el por qué casi abandoné esto.

Al final nunca comprendí el por qué escribo o dejo de escribir cuando claramente hay mejores maneras de liberar todo aquello que aplaca el alma y hace morir poco a poco, segundo a segundo.

Métodos tantos de desechar toda esa basura existencial que corroe nuestro fuero interno.  Pero nunca hallo alguno apropiado, uno que realmente permita liberar todo esa oscuridad que el el rey sol esconde en nuestro deteriorado interior al pasar de los minutos.

Es curioso eso de confiar en otros para poder expresar lo que no se puede. He probado esas mieles, son realmente apetecibles pero finalmente vacías. Porque siempre se considera que quien recibe nuestro desahogo es alguien que tiene su propio mar donde morir ahogado.

Las letras, en cambio ¡oh las letras! Ellas viven y mueren por nosotros, escudos tan rústicos o tan refinados como nuestra propia mente desee crearlos. Porque por frases, oraciones o eternos textos hemos como civilización podido avanzar a través de los eones.

Y sin embargo al escribir este fragmento me pregunto ¿qué es esto? ¿bajo qué corona me resguardo para tan impunemente asesinar letras que pueden ser utilizadas para fines de mas honor, gloria o bondad? Eso es un ejercicio en egoísmo, donde escribo solo para liberar lo interno.

El deseo de muerte emplazado en el asesinato del idioma, en la creación de textos sin rima ni sentido; corrompiendo la habilidad e inspiración en pro de una liberación que realmente nunca llegará.

Y es así, amigos, como termino este fragmento sin sentido y sin razón; amigos claro, ustedes no llegarán a esto porque seguramente los perdí por ahí del primer párrafo (y nos los culpo, me atrevo a aclarar, porque yo también me perdí a mi mismo y al sentido de todo esto pasado el título). Así que si leen esto, siento decepcionar a su razón, pues poco razonable y menos raciocinio encontraron el día de hoy.

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